4 'crushes' literarios 2020
Tengo una naturaleza literaria enamoradiza, rasgo que sé que comparto con muchas lectoras de romántica. Me encanta enamorarme de los protagonistas de las historias que leo. En algunos casos, es un amor fugaz, pero algunos de estos chicos tan especiales se me cuelan dentro y se quedan para siempre. El año pasado publiqué para divertirme un listado de mis grandes flechazos literarios del 2019 y os gustó muchísimo, así que pregunté en Twitter si queríais que repitiera sección y la idea obtuvo un gran apoyo. Me parece que he inaugurado una tradición bloguera.
Ya conocéis mi indecisión, así que pensé que me costaría más hacer la selección este año porque he encontrado protagonistas adorables en bastantes lecturas. Sin embargo, ha sido más fácil de lo que creía, aunque me he dejado algunos nombres fuera de la lista porque estoy aprendiendo a elegir.
[He sido buena y no he incluido a mi propio protagonista, a pesar de que estoy colada del todo por Miles Baker. Pero lo menciono, aunque sea de pasada, porque el chico es muy egocéntrico y se pone de mal humor si lo dejo de lado; y no sabéis lo molesto que es tener a un rockero enojado paseando dentro de la cabeza].
Bueno, vamos a conocer a los chicos más cautivadores de mis lecturas de este año:
Killian MacKenzie
La heredera kitsune, de Natalia Sánchez Diana
¿Alguien tenía alguna duda de que el irlandés de salvajes ojos azules iba a encabezar esta lista? Era imposible que no estuviera aquí este mercenario con el corazón roto que, cuando llega el momento, revela todo lo bueno que tenía enterrado en el fondo de su alma oscura.
Arrogante, misterioso y sexy a morir, Killian le robó impunemente la novela a Dallas, el protagonista masculino de esta maravillosa historia. Sé que en redes andan en pugna las seguidoras de cada personaje; yo soy fiel al #TeamKillian por muy mono que me parezca Dallas. Pero es que cada vez que Killian dice "lass", el mundo da una voltereta (y quienes habéis leido la novela, lo sabéis). Creo que es el secundario más robaplanos de la Historia, porque se come la novela entera y eso que aparece cuando la trama ya está bastante adelantada.
Pero Killian es mucho más que un tipo engreído con sangre en las manos. Porque Lena hace brotar su lado más humano. Su evolución es palpable a lo largo de la novela y sus sentimientos por Lena no son la única razón, pero no continúo por este camino para no hacer spoiler. Solo digo que, a lo largo de la novela, Killian va a redescubrir una parte de sí mismo que creía muerta y que demuestra una y otra vez que es alguien en quien, pese a las apariencias, se puede confiar, porque una vez que entrega su corazón, lo hace por entero.
Matías Ballesteros
Mientes tan bien, de Audrey Ferrer
Matías es un personaje cautivador, tanto como la novela que protagoniza. Un actor impulsivo, caradura y encantador que llega al pueblo de Artigas para desestabilizar la vida de sus habitantes. Lo tiene todo: el punto canalla, el sentido del humor, mucha locura y una inmensa ternura. Matías es actor y vive las emociones con toda intensidad, tanto en el escenario como en la vida. Resulta desmedido en todas sus acciones, fruto de su impulsividad y de su forma de ser pasional.
¿Qué puedes hacer ante un protagonista así? Pues derretirte con su descaro y su ingenio, reírte con sus peripecias de chico de ciudad recién llegado al campo y, por supuesto, enamorarte sin remedio de su voz ronca mientras recita a Lorca y persigue a una chica que sabe ponerle en su sitio.
La imperfección de Matías es una de sus grandes virtudes, porque la autora retrata un personaje complejo, con miedos ocultos bajo su fachada macarra, impredecible y bien escondido tras sus propias mentiras. Matías no piensa en las consecuencias de sus actos y se deja llevar por sus impulsos, aunque en su favor diremos que a menudo lo guían buenas intenciones. Para bien o para mal, lo cierto es que lo arrolla todo a su paso y con su buen humor, su encanto, sus ideas locas y su generosidad tocará la vida de todos aquellos a los que se encuentre en el camino.
Se come cada escena en la que aparece y a lo largo de la novela me hizo reír, conmoverme y palpitar de emoción. Añade a la mezcla una sonrisa turbia y entenderéis por qué se encuentra en esta lista.
James Payne
La colina del almendro, de Mayte Esteban
Olvidémonos de los canallas, que los personajes buenos y leales tienen también espacio en nuestros corazones. Desde luego, la protagonista absoluta de La colina del almendro es Mary Davenport, pero James tiene su propio espacio y su propia historia dentro de la trama y debo reconocer que, pese a todo lo que me gusta Mary, el personaje que más me conmovió fue este encantador médico con el que la protagonista coincide en un viaje en tren.
Siento debilidad por los hombres que descienden a los infiernos y el hundimiento de James, tan gradual como imparable, fue lo más doloroso de la lectura. Se trata de un hombre bueno, inteligente y generoso, con ideas sociales modernas, que le llevan a implicarse con el movimiento feminista para luchar por la igualdad entre hombres y mujeres.
La guerra vuelve del revés la vida de este hombre sensible y honesto, arrastrándolo a un mundo de muerte, dolor y desesperanza. Como médico en el frente, lo vemos luchar de manera infatigable por la vida de otros, mientras que emocionalmente cae a un profundo abismo de manera paulatina. Lo único a lo que se aferra es a un amor platónico e idealizado, un amor sin esperanza que lo sostiene mientras se sumerge en el sinsentido de la guerra.
James es el gran héroe romántico, aunque sin alardes ni excesos. Generoso, valiente y leal, que comete errores y que tiene que aprender a vivir con el dolor y con un amor para el que cree que no hay posibilidad. Sin embargo, en vez de amargarse, continúa entregando pedazos de sí mismo a todo el que lo necesita. A ver quien se resiste a un hombre así...
Cazador de Lobos
Luna comanche, de Catherine Anderson
Cierro la selección de este año con un protagonista difícil, que, sin embargo, se hace querer página a página. Para empezar, la historia se desarrolla en tiempos de guerra y él es un guerrero comanche, por lo que no podemos esperar que su comportamiento sea intachable en todo momento y, además, su mentalidad y forma de entender el mundo es, por supuesto, diferente de la nuestra. Sin embargo, puestos en contexto, el personaje de Cazador y su evolución es una maravilla.
Debo confesar que al principio de la historia, el personaje, tan lleno de odio por los blancos, endurecido por la guerra y con ansias de venganza, no parecía candidato para aparecer en esta lista (la novela tiene el acierto de mostrar las dos caras de la moneda y en el otro bando hay el mismo odio, las mismas ansias de venganza y a menudo mayor crueldad que la de los indios). Sin embargo, ese odio evoluciona al tiempo que crece el amor de Cazador por una mujer de la que le separan su raza y siglos de resentimiento entre sus pueblos. Es un personaje que arrastra mucho dolor, pero también sabiduría y una gran capacidad de aprendizaje sobre sus propios errores.
La dureza de su vida y de sus acciones en batalla contrasta con la delicadeza con la que mira el mundo y de su forma de expresarse, que a veces parece poesía, y su interés por entender otras mentalidades. Valiente, protector, atento, fiero y a la vez dulce, Cazador es un personaje complejo, capaz de sentir empatía por su enemigo y de conciliar dos mundos que están separados por un abismo y de respetar las costumbres, la mentalidad y la independencia de la mujer de la que se ha enamorado. Cazador tiene además una inmensa capacidad de entrega y de sacrificio, mucha paciencia y ternura y un gran sentido de la lealtad. Un personaje inolvidable, que crece ante nuestros ojos a medida que va desvelando las complicadas capas de su interior.
Espero que os haya resultado divertido el post de esta semana. Por supuesto, se me han quedado fuera otros cuantos personajes que podían haber estado en la lista, pero ya sabéis que el artículo se haría eterno y me he obligado a elegir. ¿Qué personajes os han enamorado este año? Contádmelo aquí o en Twitter, donde más os apetezca.
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