5 'crushes' literarios 2019

Reconozcámoslo: las lectoras de romántica nos enamoramos siempre un poco de los protagonistas de las novelas que leemos. O de las protagonistas, según los gustos de cada uno, pero yo me quedo con los chicos. Héroes, antihéroes, hombre de acción, intelectuales, apasionados, distantes, intensos, tranquilos... Tenemos una amplia variedad de personajes masculinos, tantos como novelas. Algunos los olvidamos rápido (así somos a veces de inconstantes los lectores), pero otros nos dejan huella y quedamos un poco flechadas por ellos.

Así que de eso hablamos hoy, de enamoramientos literarios. Llevo unos cuantos en lo que va de año, así que dejo por aquí un listado de esos maravillosos protagonistas masculinos que este 2019 se han ganado un huequito en mi corazón. ¿Coincidimos en alguno?

Cameron Relish

Te regalaré pensamientos, de Tessa C. Martín

Al principio de la novela, parecía impensable acabar amando a Cam, un personaje de lo más imperfecto que lleva a cabo una serie de detestables acciones en los primeros capítulos. El Cam adolescente es orgulloso, engreído, insolente, despreocupado y egoísta. Una joya, vamos. Sin embargo, la autora construye desde el principio un personaje lleno de matices, cuyas acciones más reprobables son, en gran parte, la única forma que conoce para rebelarse ante las imposiciones de su familia. Su juventud y su vida privilegiada son otros aspectos que moldean el carácter de este joven soberbio que solo piensa en sí mismo. El primer amor llega entonces de forma inesperada y el personaje deja entrever algunos destellos de ternura. Sin embargo, Cam es demasiado joven para reconocer la hondura de sus sentimientos y, motivado por su lado más egoísta y rebelde, comete esa gran traición que supondrá un antes y un después en su vida y en la de la joven Maddy.

Es entonces cuando Cameron inicia su etapa de aprendizaje y de maduración en una evolución coherente y paulatina, que es uno de los grandes aciertos de la novela. Cam crece poco a poco y lo hace en un doloroso proceso que le lleva a reconocer y reparar los errores cometidos y sacar a la luz lo mejor de sí mismo a través del sufrimiento y la pérdida. Es la mejor redención de personaje que he encontrado en la novela romántica y el Cameron adulto se nos muestra como un hombre difícil de resistir. Maduro, responsable, generoso, tierno y con una profunda capacidad de amar. Un hombre que se gana a pulso una segunda oportunidad.

Mathieu Girard

Nadina o la atracción del vacío, de Marisa Sicilia

Sé que Dimitry (Lo que arriegué por ti), tan turbio y seductor, es el favorito de muchas lectoras de Marisa, pero a mí dejadme a Mathieu, el protagonista de Nadina o la atracción del vacío. Un buen hombre, honesto, íntegro, valiente, con un acusado sentido del deber y un punto imprudente, capaz de amar con una intensidad conmovedora. Se me coló bajo la piel durante la lectura de Nadina y ya se ha quedado ahí para siempre.

Este agente de las fuerzas especiales de la Gendarmería francesa es un hombre responsable, reflexivo y entregado a su profesión. Un hombre en el que se puede confiar y que pocas veces actúa por impulso. Sin embargo, su carácter tiene ese punto imprudente del que hablaba al principio y a veces necesita darle salida. Es lo que hace cuando practica deportes de riesgo o se deja llevar por su adicción a la adrenalina y conduce su moto a toda velocidad, aunque en última instancia siempre mantiene bajo control su propia temeridad. Esa atracción por la aventura es la que le mantiene en una profesión de riesgo, aunque por su formación podría optar a un puesto más cómodo, y también la que le lleva a fijarse en Nadina, que tiene la palabra "peligro" escrito en todas partes a pesar de su frágil aspecto.

Mathieu es un personaje verosímil, lleno de matices, al que vemos evolucionar a lo largo de la historia. Sus rígidos valores morales del principio de la novela se van flexibilizando, ya que los acontecimientos y las personas que lo rodean le enseñan que en la vida no todo es blanco o negro y que a veces es necesario anteponer el corazón al cumplimiento del deber. No hay un giro radical en su forma de ser y por eso su evolución es tan creíble. Porque Mathieu no cambia en lo esencial, solo crece, pierde parte de su inocencia (a fin de cuentas, crecer es perder ese candor que nos permite divivir al mundo en "buenos" y "malos") y aprende a aceptar sus propias sombras.

Roberto Pastriani

Trilogía Samsarí, de Mía Martín

Es como un tren de mercancías. Roberto Pastriani, teniente de los carabinieri dedicado a la lucha contra la mafia, es un hombre arrollador, intenso, incapaz de seguir las normas y que a veces puede incluso rozar lo tóxico, aunque no lo hace por machismo, sino porque Roberto no conoce los límites y tiene unos valores morales un tanto ambiguos, producto de una vida difícil y el ambiente en el que se mueve. Sin embargo, es valiente, leal, entregado y honesto. Además, tiene un alma antigua y eso siempre da puntos...

Es avasallador e impetuoso en todas las facetas de su vida, tanto en el plano profesional como en el personal. Un personaje que devora el texto con sus acciones heroicas y otras más cuestionables, que no da respiro y que despide intensidad por cada poro de su piel.

Su forma de amar es igual que él: audaz, seguro de sí mismo, leal hasta la médula, apasionado, poderosamente sexual. Roberto es un torbellino que se abalanza sobre lo que quiere sin medir las consecuencias, aunque también es capaz de reconocer sus errores y de retroceder cuando hace falta. Es difícil resistirse ante un hombre así. No lo consigue Michela y nosotras tampoco. En realidad, nunca tuvimos la oportunidad de lograrlo. Ni la quisimos.

Martín Melgar de Alcázar

Un sombrero en el corazón, de Beatriz Manrique

Beatriz me lo ha puesto difícil, porque sus tres protagonistas masculinos de la saga Alfonsina son para enmarcar (y también algunos secundarios apuntan maneras de ser adorables). He dudado mucho entre James y Martín, pero reconozco que el doctor Melgar me ganó desde la primera línea.

Martín Melgar es un prestigioso médico de la aristocracia madrileña que también atiende a las clases humildes. Se nos muestra como un hombre inteligente, de buen humor, generoso, amable, tolerante y respetuoso. Entregado a su profesión, lleva una vida apacible y tranquila hasta que se ve envuelto en un misterio y este lo lleva, malherido, a esconderse en casa de Malena, una joven sombrerera que lo atiende mientras se recupera y lo esconde de sus enemigos.

No solo el peligro de los acontecimientos rompe la ordenada vida de Martín, también lo hacen los inesperados sentimientos que despierta en él Lena. El amor, el deseo y su incorporación al cálido hogar de las hermanas Villalba le descubren una faceta de sí mismo que desconocía. Porque Martín no solo se enamora, sino que descubre sus ganas de tener una familia y de romper la soledad y las rutinas de su vida. Las chicas sacan a la luz su faceta más protectora.

Me encantó la capacidad de Martín para adaptarse a la vida doméstica de las tres hermanas y la naturalidad con la que encontró su hueco en un ambiente tan femenino. Un hombre poco habitual en la época, ya que lo vemos con una excelente disposición a colaborar en las tareas de la casa a medida que se curan sus heridas. Pocos hombres del siglo XIX (y menos aún de clase alta) barrían los suelos, fregaban los platos, preparaban el desayuno para las mujeres de la casa o se sentaban a bordar en un bastidor para entretener las largas horas de la tarde.

Un personaje adorable.

Kenji Kimura

Aunque sueñe con tu nombre, de Natalia Sánchez Diana

¿Se puede ser contenido e intenso a la vez? Ahí tenéis al señor Kimura, con esa apariencia calmada y esos ojos rasgados y ardientes. Es todo pasión y sensualidad bajo su apariencia tranquila y espiritual, una mezcla irresistible. Exótico y misterioso, Kimura arrastra tanto dolor que su sufrimiento traspasa el papel (es un decir, porque la novela solo está disponible en versión digital, pero queda mejor así que decir que traspasa la pantalla del ereader).

Además, Kimura tiene un acusado sentido del deber, es fiel a los que ama y posee una alta capacidad para contener sus emociones y sus deseos, pero cuando estos se abren paso, lo inundan todo. Posee una curiosa mezcla de fuerza y delicadeza. Es un guerrero y, a la vez, es un hombre culto, amante de la belleza y con un gusto exquisito.

Los silencios son una parte muy importante de la novela y están cargados de significado. Kimura no habla demasiado, pero cuando lo hace no es para decir naderías. Su forma de hablar es como él: inteligente, sensual, profundo... Atrae a Tina con la intensidad de su mirada, a la que nosotras tampoco podemos permanecer inmunes.

La verdad es que podría haber hecho esta lista mucho más larga. En el tintero se me han quedado Kyland, el generoso protagonista de la novela homónima de Mia Sheridan; el atormentado doctor Joshua Richmond, de Detrás de un beso, de Adriana Rubens; el paciente y tierno Alexander Saint-Jones, de Una última temporada, de Ruth M. Lerga y unos cuantos más. Es difícil elegir, porque en mis lecturas de este año he encontrado personajes masculinos maravillosos que me han enamorado.

¿Y vosotras? ¿Me contáis qué protagonistas literarios os han enamorado este año?

*Para ilustrar a los personajes, he procurado respetar los musos que las autoras han utilizado para recrear su imagen.

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