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  • Foto del escritorMarian Viladrich

Novelas románticas sobre matrimonios concertados

Actualizado: 21 sept 2021



A las lectoras de romántica nos encantan los clichés, no podemos negarlo, incluso a aquellas a las que nos gusta encontrar algo diferente en nuestras lecturas, al final disfrutamos con algunos tópicos. Yo no soy una excepción. Hay clichés que odio y suelo rehuirlos (ya os los comentaré en otra ocasión), pero algunos tópicos me fascinan y no puedo resistirme a ellos, aunque necesito que estén bien tratados y que les respalde una historia sólida, unos buenos personajes y una narración cuidada.


Uno de mis tópicos favoritos en la novela romántica histórica es el del matrimonio concertado/obligado. Ya, sé que es de lo más típico y que en la vida real nunca estaría de acuerdo con ello y me horroriza esta práctica en la realidad, pero dame dos personajes de novela de época que se vean obligados a casarse, bien porque lo deciden sus familias, bien por cuestión económica o porque la pareja ha sido encontrada en una situación poco decorosa (o cualquier otra razón), y ese es mi libro. Cada uno tenemos nuestras debilidades literarias y esta es una de las mías.


Amores lentos y apasionados


Eso sí, me gustan los que cuentan el proceso de forma lenta. No me importa si al principio se llevan como el perro y el gato, si son indiferentes el uno con el otro o son buenos amigos que nunca se vieron con otros ojos, porque disfruto igual del proceso de conocerse y enamorarse. A veces me encuentro alguna novela de este tipo que, nada más firmar el acta matrimonial, a la pareja les da un instalove de manual y entonces ya me has fastidiado la lectura. ¿Por qué se van a enamorar solo por firmar un papel? No, ni hablar, lo bonito es que se vayan descubriendo el uno al otro, empiecen a gustarse y desearse y al final comprendan que han tenido la suerte de casarse con el amor de su vida. El tema me gusta tanto que a nadie le extrañe si algún día escribo una novela sobre un matrimonio de conveniencia. Avisados quedáis.


El año pasado leí algunas novelas de este tipo, como Hasta que llegaste a mi vida, de Beatriz Manrique, que nos cuenta el matrimonio acordado entre un espía español y una joven de la aristocracia británica en tiempos de Alfonso XII, con la que se inicia la saga Alfonsina.


En esta historia, la protagonista, que quiere huir de su compromiso con un hombre que la aterroriza, provoca una situación que la obliga a casarse con el agente español, al que, por supuesto, no le hace ninguna gracia verse forzado a casarse con una extraña que le ha tendido una trampa. Me encantó, por supuesto, porque, además, Beatriz Manrique escribe de maravilla, sus historias están documentadas con solidez y cumple a la perfección mi requisito de que la relación se desarrolle poco a poco (os dejé mi reseña sin spoilers en mi recopilatorio de lecturas de septiembre, que podéis leer aquí).


Las grandes escritoras y sus historias de matrimonios pactados


Está claro que de los matrimonios concertados son recurrentes en el género y muchas de las grandes escritoras han empleado este manido tema que nos sigue gustando tanto a muchas lectoras. Lisa Kleypas, Mary Balogh, Julia Quinn, Candace Camp, Rosemary Rogers… Todas ellas se han ocupado alguna vez de los matrimonios sin amor y algunas hasta han repetido.


En el caso de Lisa Kleypas, lo trata al menos en tres novelas: El diablo en invierno, Tentación al anochecer y Mi bella desconocida. Mi favorita es la primera, de la serie Wallflowers, con ese Sebastian St. Vincent calavera y la tímida Evangeline que acuerdan voluntariamente casarse por conveniencia: él necesita la fortuna de la joven porque está arruinado y ella quiere escapar de una familia que la maltrata y que planea acabar con ella para hacerse con su dinero (y que no le deja visitar a su moribundo padre). Me encanta que la pareja pacta su propio matrimonio de conveniencia, sin intermediarios de ningún tipo ni nadie que les fuerce a tomar la decisión, y que, de hecho, la propuesta parta del personaje femenino, en apariencia más débil y menos calculador que el libertino St. Vincent.


También a Julia Quinn le gusta el tema del matrimonio por obligación. En su afamada serie de los Bridgerton encontramos tres casos: El duque y yo, El vizconde que me amó y A sir Philip con amor. En todos estos libros (que son mis favoritos de la serie, por supuesto), los hermanos Bridgerton se enredan en alguna situación poco honorable cuya única salida es el matrimonio y no les queda más remedio que pasar por el altar. Por suerte, a todos ellos les gustan de antemano sus parejas y ya solo les quedan dos o tres pasos para enamorarse perdidamente de sus cónyuges (y viceversa).


Una de mis novelas favoritas con este tópico es Ligeramente casados, de Mary Balogh, la primera entrega de la serie Hermanos Bedwyn. Lord Aidan Bedwyn regresa de la guerra y, cumpliendo la promesa que hizo a un soldado en su lecho de muerte, visita a la hermana de éste para asegurarse su bienestar. Sin embargo, la joven Eve está a punto de perder su casa y todo lo que posee si no contrae matrimonio. Por supuesto, lord Aidan propone de inmediato un matrimonio de conveniencia para ayudarla a salir del atolladero y cumplir su promesa a su amigo moribundo.


Novelas románticas españolas de matrimonios concertados


A las escritoras de habla hispana también les gusta el tema de los matrimonios de conveniencia y algunas lo tratan de forma maravillosa, como Nieves Hidalgo en Brumas, la primera novela que leí de esta autora y que la convirtió de inmediato en una de mis escritoras favoritas. En esta historia, Hidalgo recoge el matrimonio concertado entre un misterioso duque viudo y una joven escocesa difícil de intimidar y nos adentra en un mundo de intriga, suspense y romance que se lee casi sin respirar.


Otros título interesante es La joya de mi deseo, de Nuria Llop, con una original trama que nos lleva al Madrid del siglo XVII para relatar un matrimonio de conveniencia entre personas ajenas a la nobleza (la dueña de una joyería y un actor) y cuya trama se complica con la aparición de una joya de gran valor. La leí en octubre y os dejé mi reseña aquí.



Dama de tréboles, de Olivia Ardey, también se aleja de la aristocracia británica y nos lleva al Viejo Oeste de la mano de un hombre rudo y una joven misteriosa cuyo matrimonio queda decidido en una partida de cartas. La leí hace ya un tiempo, pero me gustó mucho, sobre todo porque la autora realiza una excelente ambientación.


El año del frío, de Jane Kelder, tiene un título precioso y parte de un hecho climatológico real que sirve de metáfora para el matrimonio de conveniencia que se relata entre sus páginas. Una lectura pausada y llena de sensibilidad, que gira en torno a una pareja abocada al fracaso desde sus inicios.


Novelas románticas contemporáneas de matrimonios acordados


El cliché del matrimonio concertado es un habitual de la novela de época, pero también algunas contemporáneas lo recogen con más o menos acierto. Mis favoritas son Besar a un ángel, de Susan Elizabeth Philips (un clásico del género), El acuerdo, de Melanie Moreland (con uno de esos protagonistas masculinos odiosos que al final acabas adorando), y La promesa de Grayson, de Mia Sheridan (de esta última tenéis mi reseña en GoodReads. Si os interesa la podéis leer aquí).


Pues ya os he contado mi debilidad por las novelas con matrimonios acordados que comienzan sin amor pero que acaban desembocando en un precioso romance. ¿Me recomendáis algún título?


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