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Foto del escritorMarian Viladrich

Mis lecturas de enero: un buen comienzo de año lector

Actualizado: 21 sept 2021



He tenido un mes de buenísimas lecturas. He podido reencontrarme con dos autoras que ya conocía bien, Claudia Cardozo y Marta Luján, pero además he descubierto otras tres escritoras que se van a mi lista de imprescindibles: Inma Cerezo, Anyta Sunday y Susanna Herrero. Qué estupenda forma de empezar el 2020 lector.


La deuda, de Claudia Cardozo

Intrigadísima me ha tenido esta novela de Claudia Cardozo con una trama de misterio muy bien hilada que te mantiene en vilo durante toda la lectura. En realidad, me ha parecido más una novela de intriga que de romántica, ya que el romance se cuece a fuego lento en un segundo plano (es como una música de fondo en la historia) y solo se sitúa bajo los focos en los capítulos finales. Sin embargo, no me ha molestado en absoluto este hecho, porque me encantan las novelas de suspense y no me importa que este haya sido el conductor de la trama en vez del romance.


Me ha parecido muy bien definido el perfil de los personajes, tan contenidos en sus emociones y, a la vez, con tantas aristas. Todos ellos mienten y ocultan oscuros secretos, incluida la protagonista, que no duda en infiltrarse como doncella en una mansión para descubrir qué ha sido de su hermana desaparecida. Beth cuenta tantas mentiras como sus investigados y despierta tanta curiosidad en ellos como a la inversa. La única diferencia es que, como lectores, conocemos los secretos y mentiras de Beth y, en cambio, solo podemos intuir los del resto. Es un juego que está muy bien llevado, ya que la novela está narrada desde el punto de vista de Beth, en primera persona (algo poco habitual en histórica), pero la narración nos permite intuir que sir Sebastian y el resto de los habitantes de Riverhouse sienten una gran curiosidad por la nueva sirvienta, porque hay demasiadas cosas que no parecen encajar en ella.


La ambientación me ha resultado perfecta en todos sus escenarios: la casa de las Harris, la mansión de los Colville, el pueblo… La autora perfila muy bien los distintos ambientes. La casa familiar de Elizabeth, por ejemplo, recrea la vida de una viuda y sus hijas, con unas rentas modestas que les dan para vivir de una forma aceptable aunque sin demasiados lujos. Contrasta la opresión de la planta baja, dominada por la presencia de la madre, en la que todas se comportan como damas educadas, con los dormitorios de la planta de arriba. En cuanto las hermanas suben las escaleras, la contención se disipa y son capaces de expresar sus pensamientos y emociones.


Me han gustado especialmente las partes de la novela que recrean la situación del personal de servicio y la adaptación de Elizabeth a un trabajo duro para el que no está acostumbrada, así como a las normas sociales que rigen en la planta baja de Riverhouse.


Como decía, el romance permanece en un segundo plano durante la mayor parte del relato, pero es una historia conmovedora, de dos personas que se atraen, a pesar de todos los obstáculos: la diferencia de clases, los secretos, las mentiras... La sospecha de que sir Sebastian haya podido intervenir de alguna forma en la desaparición de la hermana de Elizabeth no hace sino incrementar las ganas de descubrir qué sucedió realmente en Riverhouse.


El amanecer de tu sonrisa, de Inma Cerezo

Una preciosa historia de segundas oportunidades que nos sumerge de lleno en la vida de un rancho de Kansas, con un vaquero poco hablador y algo torpe para los asuntos sentimentales, pero con un corazón enorme. En el inicio no imaginaba el potencial de ese Max empeñado en mantener las distancias emocionales, pero a medida que avanzaba la narración y se iba dejando conocer, este ranchero me ha robado el corazón con su generosidad, su lealtad, su sentido de la responsabilidad, su amor por la familia y su capacidad de sacrificio.


También lo ha hecho Amanda, con ese duro pasado y todas las dificultades que atraviesa, luchando contra viento y marea y con el único apoyo de unas hermanas tan valientes y asustadas como ella. Amanda es un personaje precioso y fuerte, de los que cometen muchos errores, pero tienen el valor de encararlos y tratar de corregirlos. Ella es mucho más expresiva que Max y también más impulsiva, aunque responsable y trabajadora.


Me ha gustado mucho la ambientación, que recrea la vida en un rancho, así como la intensa relación entre los protagonistas. La atracción entre ambos es palpable desde la primera escena en la que coinciden. Pero, sobre todo, me ha gustado que la novela de Inma Cerezo toca temas que normalmente suelen quedar fuera de la novela romántica (o que son tratadas de formas muy poco realistas). El embarazo, el parto, la maternidad, la depresión postparto, la educación infantil, los fallos y aciertos de la maternidad (y de la paternidad) o las complejas relaciones entre padres e hijos son algunos de los asuntos que la novela mira de frente, sin esa habitual edulcoración con la que suele tratarse todo lo relacionado con la maternidad en la novela romántica. Desde el momento en el que Amanda se sabe embarazada, se enfrenta a decisiones difíciles y dolorosas. Inma Cerezo no esconde las dudas de Amanda ni sus debilidades, lo que no hace al personaje débil, sino real.


En definitiva, he disfrutado mucho la lectura de El amanecer de tu sonrisa. Es una bonita historia que habla sobre segundas oportunidades, la familia, el perdón, la amistad y el trabajo duro, todo ello enmarcado en una romántica historia, cuyo principal obstáculo es la falta de comunicación.


Ángel caído, de Anyta Sunday


¡Qué maravilla de libro! Anyta Sunday ha sido un descubrimiento inesperado y se lo debo totalmente a Mía Martín (qué buenas son las amigas que te descubren libros), porque me ha insistido tanto en que la lea que al final la he hecho caso. No puedo estar más agradecida, porque me ha enganchado con su narrativa fresca y amena, con una trama de lo más shakesperiana y, sobre todo, con unos personajes que son por completo adorables.


Los dos protagonistas me han enamorado. Son muy diferentes, pero sin duda están hechos el uno para el otro y se complementan a la perfección. Me he reído muchísimo con Pax, el rockero egocéntrico, impulsivo, entrometido y, a la vez, tierno y encantador. Dan ganas de achucharlo y adoptarlo, de quererlo muchísimo y llenarlo de cosas buenas. En cuanto a Cliff, estoy por completo enamorada de este hombre serio y malhumorado de pasado triste, pero que en realidad tiene un corazón enorme y se merece recibir mucho amor. Pax viene para poner su mundo del revés, para hacerlo reír y ayudarlo a salir de ese caparazón en el que se ha encerrado. Y Cliff es exactamente lo que necesita Pax: un hombre leal, capaz de amar de una forma incondicional y de convertirse en un apoyo sólido cuando todo se hunde.


La novela está llena de escenas tiernas y divertidas, que esconden un trasfondo conmovedor. Me ha encantado ese romance que se construye poco a poco, en medio de un sinfín de cómicos enredos (la mayoría provocados por Pax) y de una química explosiva entre ambos protagonistas.


¡Una lectura «furiabulosa» que te deja con una sonrisa en los labios!


Un lord acomodado, de Christine Cross


No podía esperar para leer el siguienter libro de la serie de Christine Cross, alias de mi estimada Marta Luján, que ya me atrapó le mes pasado con Algo más que una dama. Me ha encantado la historia de James y Victoria y me ha tenido enganchada desde ese magnífico prólogo, que he leído con el corazón en un puño, hasta ese epílogo que dan ganas de tener ya el siguiente libro de la familia Marston.


Creo que en esta serie la autora está creando unos personajes femeninos espectaculares. Victoria me ha parecido maravillosa, porque detrás de su apariencia hermosa y algo frívola se esconde una mujer generosa, leal y buena, a la que no le vendría mal aprender a pedir ayuda cuando los acontecimientos la superan. Pero todos tenemos nuestras faltas y ella también, porque, de lo contrario, sería demasiado perfecta y hay que decir que todas sus decisiones vienen impulsadas por su generosa manera de amar.


James resulta encantador, divertido y protector. Lo que más me ha gustado de la novela ha sido cómo él se va dando cuenta poco a poco de lo que siente. Le acompañamos a lo largo del proceso, a pesar de que sabemos más que él mismo de sus propios sentimientos, que son obvios para todo el mundo menos para este marqués de emociones algo despistadas.


Maravillosos resultan también los secundarios, algunos de los cuales ya apuntan sus propias historias, pero mi favorito es Jimmy, ese pequeño huérfano que necesita desesperadamente que alguien lo quiera. Un auténtico robacorazones.


Como siempre, el estilo de la autora es elegante y cuidado y uno de sus puntos fuertes sigue siendo la recreación de ambientes. En este caso, me ha parecido muy interesante la recreación de los orfanatos de la época y la situación de los niños huérfanos. Como complemento, tenemos la estupenda explicación histórica que la autora añade en el anexo y que resulta de lo más interesante.


Deseando ya que llegue el tercer libro de la serie.


El chico de la última fila, de Susanna Herrero


Otro rockero se ha colado en mis lecturas de este mes y, de nuevo, el libro trataba sobre una pareja homosexual. Pese a las aparentes similitudes, ambas novelas (la de Anyta Sunday y la de Susanna Herrero) son historias distintas, cada una con su propio estilo, y las he disfrutado por igual, a pesar de haberlas leido tan seguidas. Las dos me han resultado maravillosas y los personajes adorables y recomendaría las dos sin dudarlo ni un momento.


Hugo y Dylan, maravillosos los dos, me han enamorado con su tierna historia, que a veces es divertida y a veces desgarradora, como la vida misma. Me han parecido los dos tan reales que casi podía verles y eso lo consiguen muy pocos autores.


Tiene tantas escenas bonitas esta novela que soy incapaz de elegir una sola: tengo para hacer una lista completa de escenas favoritas, que me han arrancado muchas sonrisas, lágrimas y suspiros. Una historia de amor preciosa, de esas que se construyen a fuego lento, que son mis preferidas, aunque con una tensión y una química brutal entre los protagonistas.


Dylan es un personaje lleno de luz, con esa verborrea incontenible, ese carácter egocéntrico e impulsivo, a veces infantil, pero siempre tierno y encantador. Su cabeza funciona de manera diferente al resto del mundo, por lo que resulta alucinante sumergirse dentro. Tiene tal falta de cariño que dan ganas de abrazarlo y no soltarlo nunca.


Por su parte, Hugo es de esos personajes contenidos, callados, que hacen siempre lo que deben (me encantan ese tipo de personajes), pero que cuando rompe las barreras lo hace a lo grande y con Dylan le toca romperse una y otra vez, porque es lo que pasa cuando uno se enamora así, con ese amor tan grande, tan inmenso y precioso que tienen estos dos chicos. Son muy distintos, tanto sus vidas como sus caracteres, pero se complementan a la perfección. Encajan de tal forma que da igual cuantos obstáculos encuentren en su camino (o que los pongan ellos mismos), que uno no deja de tener la sensación de que están hechos el uno para el otro.


En cuanto al resto de los personajes, debo decir que estoy un poco enamorada de esos Cabana, de sus whatsapp, de su acogedora mesa familiar, de esa maravillosa relación entre hermanos, de los Marcalex y sus desayunos en el bar y de esos tiernos cachorros que roban impunemente un par de escenas muy conmovedoras.


Tengo muchísimas ganas de leer el resto de la serie, en especial el libro de River. ¡Estoy deseando saber qué pasa con el mayor de los Cabana!



Como véis, he sabido elegir muy bien mis lecturas de enero y me han venido genial para desconectar, con el aliciente de que algunos de ellos pertenecen a series que voy a seguir leyendo. Reconozco que es el tipo de series que me gustan, con libros conclusivos pero que enlazan unos con otros.


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