#LeoAutorasOct: 4 autoras recomendadas
Actualizado: 20 oct 2020
Desde hace unos años, octubre es el mes de las escritoras y las redes se inundan de iniciativas para apoyar y fomentar la lectura de libros escritos por mujeres. El objetivo: reducir la brecha de género literaria. Por suerte, vamos dando pasos en la buena dirección. Cada vez hay más autoras que publican en todos los géneros literarios, que ocupan puestos en las listas de los más vendidos o que reciben premios en los que antes apenas había presencia femenina.
Por supuesto, todavía queda camino por recorrer: no hay más que mirar las listas de ganadores de premios como el Nobel de Literatura, el Cervantes o el Pulitzer para descubrir que la proporción enre hombres y mujeres sigue siendo alarmantemente desigual o la testimonial presencia femenina en los sillones de la RAE. Sí, todavía hay mujeres que, sobre todo en determinados géneros, se esconden bajo seudónimos masculinos o, al menos, nombre ambiguos. Porque, sí, todavía hay un porcentaje de lectores y de medios de comunicación que creen que los libros escritos por mujeres (da igual el género literario) van solo dirigidos a mujeres porque, claro, solo se ocupan de temas que interesan a las mujeres. Los escritores, en cambio, se ocupan de temas universales que interesan a todos los lectores, sean del género que sean. En fin...
Apoyo a las escritoras
Este año, que es especialmente duro para todos los sectores, se está cebando también con el mundo del libro. Cualquier iniciativa de apoyo es bienvenida y, por eso, me sumo al #LeoAutorasOct como lectora. Porque, os recuerdo, las escritoras también somos lectoras y es una faceta importantísima no solo de nuestra profesión, sino de nuestro carácter.
La verdad es que, desde hace unos años, la mayoría de mis lecturas son de autoría femenina. No es una elección que haga de manera consciente, pero a mis estanterías últimamente llegan más libros con firma de mujer. Es decir, que no necesito realizar ningún esfuerzo adicional en octubre para leer a escritoras. Así que mi apoyo llega en forma de recomendación de autoras. Mi pequeño grano de arena para dar visibilidad a las mujeres que escriben.
La selección de hoy viene de algunos libros que leí en los últimos meses y que, aunque me gustaron mucho, no pude hablar de ellos aquí porque, como siempre os digo, no puedo reseñar todo lo que leo y se me quedan muchos títulos en el tintero.
Valle de Sueños, de Beatriz Manrique
Creo que dentro de la romántica histórica, Beatriz Manrique es una de las mejores voces que tenemos ahora mismo dentro del género en español. Sus novelas están siempre inmejorablemente ambientadas, lo que denota un gran trabajo de documentación que va más allá del dato histórico. Además, novela a novela ha ido puliendo su estilo, retirando algunos excesos descriptivos, fruto seguramente de esa exhaustiva documentación, sin perder rigor en la ambientación tanto de lugares como de las épocas y mentalidades que recrea.
En Valle de Sueños va un paso más allá y juega con las líneas temporales para ir desvelando la relación de una pareja de recién casados que parecen no soportarse mutuamente. Sin embargo, cada salto temporal nos desvelará una faceta nueva de los protagonistas y de la relación que hay entre ellos. La historia es muy bonita, de las que se cuecen a fuego lento y que incluye unos cuantos giros inesperados, pero coherentes; después, se centra en la consolidación de esa relación sin necesidad de grandes dramas ni acontecimientos épicos y la historia avanza de forma fluida sin que decaiga el interés.
Además, la autora nos permite adentrarnos en la sociedad estadounidense del último tercio del siglo XX, recorrer los viñedos californianos, asistir a elegantes bailes y conocer información interesante de la época, como algunos aspectos del descubrimiento y explotación del petróleo o el desarrollo del Pony Exprés, el servicio de correo rápido. Sus notas complementarias con información histórica son casi tan absorbentes como la novela. No os las saltéis.
Un ático con vistas, de Eleanor Rigby
Primera novela contemporánea que leo de Eleanor Rigby y me ha gustado tanto como sus novelas de época.
Escrita con tintes de comedia, aunque en realidad trata temas muy serios, la autora sitúa la acción en una disparatada comunidad de vecinos, en el que cada personaje cumple su función y están todos perfectamente perfilados, incluso aquellos que solo aparecen de vez en cuando. Las interacciones entre estos vecinos bastante cotillas, que están demasiado intrigados con el extravagante y ermitaño vecino del ático, han dado lugar a algunas de las escenas más divertidas de la novela. También la protagonista, la alocada Matilda, nos regala momentos desternillantes. Extrovertida, alegre, vital y arrolladora, Matty entra en la vida de Julian como un tren de mercancías, conquistando cada hueco de la vida de este hombre huraño y conmovedor, cuya durísima historia está tratada con gran sensibilidad, al igual que la de algún otro habitante del edificio (y no cuento más para no desvelar nada).
Una preciosa historia de amor, con personajes bien construidos, escenas divertidas y un trasfondo serio y conmovedor. La autora ha sabido combinar los distintos aspectos de la trama y les ha dado el tratamiento adecuado, dando visibilidad a determinados temas sociales y personales.
Julian me ha despertado mucha ternura (y tanta curiosidad como a sus vecinos) y Matty me ha parecido adorable. Juntos se complementan a la perfección pese a sus obvias diferencias y he disfrutado muchísimo leyendo su historia.
Ya tengo en mi lector varios libros más de Eleanor, así que la veréis de nuevo por aquí en más ocasiones.
Si el destino cuenta estrellas, de Natalia Sánchez Diana
Los que me seguís, ya sabéis el gran cariño que tengo a Natalia a nivel personal y la admiración que siento por su trabajo en el plano profesional. Cada novela suya me sorprende por la sensibilidad con la que trata las emociones, su cuidado lenguaje, lleno de poesía, y la exhaustiva documentación que sirve como firme base para la arquitectura de sus historias. Pero, sobre todo, Natalia sabe crear personajes complejos, llenos de luces y sombras, que cargan a cuestas heridas que no han llegado a cerrar.
En Si el destino cuenta estrellas, Natalia se arriesga más que en novelas anteriores porque se atreve a partir de una situación que a muchas lectoras de romántica nos escuece (y me incluyo entre ellas). Sin embargo, está bien salir de nuestra zona de confort y encontrarnos con personajes imperfectos y reales, de los que meten la pata hasta el fondo (y Nora y Logan saben un poco de meteduras de pata), pero son capaces de sobreponerse y rectificar.
La historia intercala capítulos del presente y del pasado, lo que nos permite conocer la relación que mantuvieron los protagonistas y ver la evolución que han tenido ambos. Logan es el que más ha cambiado: en el pasado es un personaje dulce y encantador, pero cuando todo se derrumba él también lo hace, lo que le lleva tomar malas decisiones y perder esa inocencia del pasado. Nora, por su parte, debe superar su cobardía de juventud. Su viaje a Nueva Zelanda, en busca de su gran amor perdido, es esa prueba de fuego que le permitirá cerrar heridas y afrontar sus emociones, pero también madurar, hacer las paces consigo misma y encontrar sus raíces.
La ambientación en Nueva Zelanda me ha parecido maravillosa y, como es habitual en Natalia, la historia está contada con delicadeza y sensibilidad. Por supuesto, encontramos algunos rasgos distintivos de su estilo, como la inclusión de leyendas y mitos, el choque respetuoso entre culturas o la magia que impregna las relaciones románticas de sus novelas.
Playa de lluvia triste, de Ana Draghia
Una preciosa novela juvenil con varias historias entrelazadas, personajes llenos de heridas y secretos y un intrigante misterio que sirve, en realidad, para indagar en el pasado y desvelar emociones y acontecimientos ocultos. Me ha conquistado la protagonista, con su oscuridad, su tristeza, su carácter curioso y su inmensa capacidad de comprensión y perdón a pesar del dolor.
Es la primera vez que leo a Ana Draghia y me ha gustado mucho su forma de escribir. Más allá de la intriga del misterio (que está muy bien llevado y te mantiene en vilo toda la lectura), la autora bucea en la complejidad de las relaciones paterno-filiales, en el sentimiento de traición, en la superación del pasado, en la capacidad de perdonar... Es una novela de crecimiento, con una joven protagonista que, pese a su edad, ha sufrido demasiado y que se embarca en un viaje iniciático que le va a llevar a descubrirse a sí misma, a aprender más del mundo y de las personas.
La ambientación me ha parecido impecable y he llegado a visualizar Port Towsend y sus gentes como si alguna vez hubiera estado allí de visita.
Espero que os resulten interesantes mis recomendaciones. Aprovecho este pequeño espacio que tengo en la red para animaros a que recomendéis (en vuestro entorno o en las redes) a vuestras autoras favoritas, que os aventuréis a conocer el trabajo de escritoras que aún no habéis leido o que releáis esa autora que tanto os gusta. Es una buena forma de apoyar y visibilizar a las escritoras.
