Cómo escribir sobre música: ortotipografía musical básica para novelistas
- Marian Viladrich

- 13 nov
- 11 Min. de lectura
Actualizado: 14 nov
Ha pasado mucho desde la última entrada de este blog y confieso que echaba de menos este rincón. Durante varios años lo dediqué a comentar mis lecturas y a hablar sobre mis novelas. Llevo bastante tiempo con ganas de recuperarlo y por fin lo retomo con la intención de ampliar los temas que suelo tratar. Sí, seguiré hablando de lecturas y de mis proyectos literarios, pero también quiero aprovechar este espacio para recoger mi experiencia en corrección de textos y asesoramiento literario. Quiero ampliar el horizonte del blog e incluir artículos que puedan ayudar a otros escritores en su tarea.
Y como la música siempre ha estado presente en mi vida —en mis estudios, en mis lecturas y, cómo no, en mis novelas—, me parecía natural que este reencuentro comenzara con un tema que une ambas pasiones: la ortotipografía musical.
No, no hace falta ser musicólogo para que esto te interese. Si escribes novelas, es muy probable que en algún momento aparezca una canción, un disco o una mención musical en tu historia. Y cuando eso sucede, conviene saber cómo se escribe. La ortotipografía musical es un campo muy amplio, así que nos acercaremos solo a algunos conceptos básicos que te pueden interesar si incluyes referencias musicales en tus novelas.
La música dentro de una novela
Las canciones que escuchan tus personajes dicen mucho de ellos y de tu historia. Un simple título puede revelar una época, una emoción o una actitud: no es lo mismo que tu protagonista tararee Despacito a que los personajes salten con Smells like teen spirit a todo volumen. Hay autores que utilizan la música como parte de la ambientación y otros que la utilizan como parte fundamental de la narración hasta tal punto que la novela parece contar con su propia banda sonora.

Una canción es un recurso estupendo para recrear una época. Basta con que en un radiocasette suene La chica de ayer para transportarnos a la España de los años ochenta, o unas notas de The Mamas & the Papas para aterrizar en los sesenta:
En el barrio olía a incienso y a libertad. Dos jóvenes con faldas largas y collares de abalorios se trenzaban el pelo en un portal y desde alguna ventana sonaba California dreamin' en la radio.
La música puede servirnos para caracterizar un personaje, para darnos una idea de su forma de ser, de cómo se siente… Sin necesidad de largas descripciones, una canción bien escogida puede decir mucho de tus personajes.
Mateo conducía con las ventanillas bajadas y Born to be wild a todo volumen, aunque su coche de segunda mano empezaba a temblar y a hacer ruidos extraños cada vez que alcanzaba los noventa kilómetros por hora.
Es decir, la música ayuda a escribir lo que no se dice. Funciona como un subtexto, un eco emocional que acompaña a los personajes, y bien empleado se convierte en un excelente recurso de ambientación y caracterización, puede subrayar el dramatismo de una escena o servir de contraste entre lo que se oye y lo que sucede. No se trata entonces de una mera mención caprichosa porque al autor le gusta una determinada canción, sino que tiene un propósito. Siempre he considerado la música como un recurso más dentro de una novela, y no solo la cita de títulos de canciones, también la descripción de melodías o la mención de figuras musicales me sirven a menudo como metáforas de las emociones de los personajes. Es un recurso que empleé en mis dos novelas sobre los miembros de una banda de rock: Tu voz entre un millón de voces y Dentro de tu silencio.
Si eres de los autores que incluyen conceptos musicales en sus novelas, te interesa escribirlos correctamente. Porque igual que revisas los nombres propios o los datos históricos, merece la pena cuidar la forma en que escribes los títulos de canciones, los géneros o las notas.
Títulos de canciones y álbumes: comillas, cursivas y mayúsculas
La regla general, en apariencia, es sencilla: los títulos de las obras de creación se escriben en cursiva. Pero hay que matizar esto un poco.
Empecemos por lo más fácil. Los títulos de discos se escriben obligatoriamente en cursiva: Born to run, The life of a showgirl, Agila.
Y los títulos de canciones, si se citan de forma independiente, pueden escribirse con cursiva o entre comillas (nunca ambos resaltes a la vez): Yesterday, «La casa por el tejado». Los más puristas te dirían que siempre con comillas, puesto que las canciones forman parte de una obra extensa (el disco) y, por tanto, cambia el resalte. Pero lo cierto es que la RAE permite ambas formas siempre que las canciones se citen de manera independiente.
Sin embargo, si las canciones se citan junto al álbum o el volumen al que pertenecen, deben escribirse entre comillas (y el título del disco sigue en cursiva):
Cada mañana, mientras ventilaba la casa, Pepita ponía el disco Señora, de Rocío Jurado. Las canciones resonaban en el patio y luego todas las vecinas andábamos canturreando «Como yo te amo» y «Ese hombre» mientras preparábamos el desayuno.
Y ahora vamos con las mayúsculas. En español, es muy fácil: se escribe con mayúscula inicial únicamente la primera palabra del título y el resto deben ir con minúscula: Sonata para viola y piano, Vivir así es morir de amor. Salvo, por supuesto, que el título incluya nombres propios: La Lola, Pongamos que hablo de Madrid.
Pero resulta que en inglés (y en otras lenguas), lo de las mayúsculas no funciona igual y todas las palabras relevantes llevan mayúscula inicial: Like a Rolling Stone, Bohemian Rhapsody, I Will Always Love You. ¿Qué hacemos entonces? Pues la RAE, en su Ortografía de la Lengua Española, te deja elegir: cuando se transfiere un título de otra lengua a un texto en español, puede seguirse sin más la norma española y escribir con mayúscula inicial únicamente la primera palabra: Cavalleria rusticana, My heart will go on. Aunque también podrán respetarse, si se conocen, las reglas que rijan en la lengua en la que esté escrito el título: My Heart Will Go On.
Lo importante, en cualquier caso, es la coherencia. Así que, elijas la forma que elijas para el tratamiento de los títulos de canciones, procura que sea igual en toda la novela. No vale que el título de un tema en inglés lo adaptes siguiendo la norma española y en otro dejes las mayúsculas en todas las palabras. Ni tampoco que unos títulos los pongas en cursiva y otros con comillas. Elige la forma que consideres más adecuada y asegúrate de aplicarla igual en todo el texto.
Cuando la música clásica entra en escena

Es posible que en tu novela aparezca una obra clásica. Puede que tu protagonista sea una bailarina que se prepara para una audición para El lago de los cisnes, que la muerte de un personaje se anuncie con el Requiem de Mozart o que la marquesa sorprenda a sus elegantes invitados tocando una sonata de Chopin durante una velada musical.
Si nos atenemos a lo formal, aquí el asunto puede resultar un poco más complejo, ya que la identificación de las composiciones puede incluir varios elementos, como la forma (sinfonía, sonata, concierto), los instrumentos (para violín y flauta, para piano, para cuarteto de cuerdas), la tonalidad (do menor, sol mayor), un título (Pequeña serenata nocturna) y/o el número de catálogo (opus 23). Hay distintas formas de identificarlas, pero como este artículo no está dirigido a musicólogos, sino a novelistas, no voy a entrar en detalle sobre los distintos usos de redonda, cursiva y comillas. Baste con saber que la misma obra se puede citar de distintas formas:
Sonata para piano n. º 26 en mi bemol mayor, opus 81ª, Les Adieux.
Sonata para piano n. º 26 en mi bemol mayor, opus 81ª, «Les Adieux»
Sonata Les Adieux
Sonata para piano n. º 26
Pero seguramente tú no te vas a complicar tanto la vida cuando sean títulos tan complejos. Es poco probable que lo redactes así:
Los dedos de lady Emily se deslizaban por las teclas mientras sonaba el Nocturno en mi bemol mayor, op. 9 n.º 2, de Chopin; cada nota parecía expresar todo lo que nunca se atrevió a decir.
Seguramente lo simplificarías sin el título completo para no perder ritmo:
Los dedos de lady Emily se deslizaban por las teclas mientras tocaba un nocturno de Chopin; cada nota parecía expresar todo lo que nunca se atrevió a decir.
En cualquier caso, si vas a citar obras de música clásica con títulos largos, lo importante de nuevo es que mantengas la coherencia y siempre los escribas de la misma manera.
Cómo escribir nombres de orquestas y grupos musicales
En el caso de los conjuntos musicales, sea cual sea el tipo de formación, su nombre siempre se escribe con mayúscula en las palabras significativas: la Orquesta Filarmónica de Viena, El Último de la Fila, The Rolling Stones, Cuarteto Albéniz. El artículo inicial, si va incluido en el nombre, mantiene la mayúscula: La Oreja de Van Gogh. Y si el artículo inglés lo sustituyes por el español, se queda en minúscula: los Rolling Stones.
Ah, y sin cursivas ni comillas en ningún caso.
Épocas, movimientos y géneros musicales
Los grandes movimientos artísticos se escriben con mayúscula inicial: Renacimiento, Barroco, Neoclasicismo, Romanticismo. Mientras que los movimientos musicales y las escuelas se escriben en minúscula: modernismo, nacionalismo, clasicismo…
Los géneros musicales también se escriben en minúscula: música clásica, pop, reguetón.
Solo llevan mayúscula inicial si forman parte de un nombre propio o institucional: Festival Internacional de Jazz de Barcelona.
Y ten en cuenta que aquellos nombres de géneros con grafías no adaptadas a la ortografía española deben escribirse en cursiva: rock, jazz, blues…
Notas, acordes y tonalidades
Si en tu novela hay músicos, quizá necesites mencionar acordes o tonalidades. O también es posible que utilices estos conceptos como un original recurso para referirte a las emociones de los personajes o ambientar una escena.
Tocó una melodía en do menor que le dolió más que cualquier palabra.
El acorde de sol mayor llenó la habitación de una claridad inesperada.
En español, las notas se escriben en minúscula y en redonda: do, re, mi, fa, sol, la, si. Y lo mismo para las tonalidades: do mayor, mi menor, fa sostenido menor. Sin embargo, no es raro ver que en algunos textos las notas se ponen en cursiva para evitar confusiones, sobre todo en los casos de aquellas que pueden ser confundidas con otros términos, como mi, la o si.
Si usas el sistema anglosajón, recuerda que C equivale a do, D a re, y así sucesivamente. En este caso, las notas se escriben en mayúscula y en redonda.
De todas formas, lo importante es no mezclarlos: si tu guitarrista habla de acordes en inglés, mantenlo así; si es un pianista clásico, usa la notación latina.
Cómo tratar las letras de canciones dentro de una novela
Incluir letras de canciones en una obra de ficción puede servir para ambientar y transmitir emociones, pero si se trata de una canción ajena exige tener cuidado: no solo en la escritura, sino también desde el punto de vista legal. Ten en cuenta que las letras de canciones tienen derechos de autor y están protegidas legalmente igual que lo está el texto de tu novela, tu relato o cualquier otra obra de creación. Antes de usarla, asegúrate de que puedes hacerlo, bien porque esté libre de derechos, bien porque cuentes con el permiso para hacerlo. Estamos hablando, por supuesto, de textos de ficción porque este artículo va dirigido a novelistas. Si vas a incluir letras de canciones en tu tesis doctoral, por ejemplo, no hay problemas en las citas, siempre que las atribuyas correctamente.
1. Citas breves . Si reproduces un fragmento muy corto de la letra de una canción, iría, como cualquier otra cita, entre comillas. Si el texto está en otro idioma, ten cuidado en no aplicar un doble resalte; es decir, si lo pones entre comillas, evita la cursiva. Puedes usar las barras separadoras (/) si quieres marcar el final de un verso, pero no es obligatorio.
2. Parafrasear en lugar de reproducir. Una buena solución para no saltarse los derechos de autor es evocar la letra sin citarla literalmente. En ese caso, no se emplean comillas, porque no se está citando el texto exacto.
Él siguió cantando aquello de que la vida sigue igual, aunque en su caso no era verdad.
3. Mencionar la canción sin citar la letra. La mayoría de las veces, basta con citar el título de la canción para lograr el mismo efecto.
Cuando empezó a sonar El 28, a Inés se le apretó el pecho como si volviera a tener quince años.
4. Letras extensas: mejor evitarlas. Además de que reproducir versos completos o fragmentos largos de canciones famosas suele requerir autorización del titular de los derechos, también hay que tener en cuenta si realmente es necesario interrumpir la acción de tu novela con una cita larga. Por lo general, rompen el ritmo. En cualquier caso, si las incluyes, se podrían poner en un párrafo independiente, sin comillas, respetando los saltos de verso y con sangría o cuerpo menor si el estilo de la novela lo permite. Es decir, diferenciado tipográficamente del resto del texto.
5. Letras originales del propio autor. Si tu protagonista es músico o compositor, puedes incluir letras creadas por ti sin problema legal. El tratamiento tipográfico sería igual al que hemos visto en los puntos anteriores:
Si es un texto breve (uno o dos versos) incluidos en la narración, se pondría entre comillas.
Si son una o varias estrofas, en párrafos aparte, diferenciados tipográficamente si es posible. En este caso, no se pondrían comillas y podrías usar la cursiva si el texto está en otra lengua.
Si forma parte de una línea de diálogo, no haría falta ningún resalte (salvo, repito, que esté en otra lengua, que entonces iría en cursiva).
―Voy pisando cristales que yo mismo dejé ―tarareó Leo mientras tocaba algunos acordes de su nueva canción en la guitarra.
6. Usa la música como recurso narrativo, no como decoración. Lo relevante es que la letra (real o inventada) sirva a la historia: revela aspectos del carácter del personaje, establece el tono de la narración, crea un contraste, marca una época o subraya una emoción. Si no cumple ninguna función y parece metida con calzador, entonces corres el riesgo de que funcione como un elemento distractor que saque al lector de la historia y que interrumpa el ritmo narrativo.
Los errores más comunes
Al corregir novelas, me encuentro con algunos errores que se repiten:
Comillas en los nombres de los grupos.
Términos como rock en redonda.
Notas musicales latinas en mayúscula
Títulos de canciones en negrita.
Largos fragmentos de canciones que interrumpen el ritmo de la narración (al margen de que su uso sea legal o no, que eso es responsabilidad del autor de la novela).
Pero, como te has leído este artículo, estoy segura de que a partir de ahora escribirás correctamente estos conceptos. Y, para que sea más fácil si necesitas volver para consultarlo, he recogido lo básico en una tabla.
Tabla resumen: ortotipografía musical
Elemento | Cómo se escribe | Ejemplo | Notas |
Títulos de discos | En cursiva | Señora Abbey Road |
|
Títulos de canciones | Cursiva o entre comillas | Bohemian Rhapsody «La chica de ayer» | Si aparecen junto al título del disco, entre comillas. |
Nombres de formaciones musicales | Mayúscula inicial en todos sus términos significativos | Orquesta Filarmónica de Viena La Oreja de Van Gogh The Rolling Stones | Sin cursiva ni comillas. Respeta la mayúscula del artículo si forma parte del nombre. |
Movimientos artísticos | Con mayúscula inicial | Barroco Romanticismo |
|
Géneros musicales | En minúscula. Los extranjerismos crudos, también en cursiva. | pop, reguetón rock, jazz | Solo en mayúscula si forma parte de un nombre propio: Festival Internacional de Jazz de Barcelona. |
Notas, acordes y tonalidades | En minúscula (latino) o con letra inicial (anglosajón) | Do mayor, mi menor C major | Mantén la coherencia; no mezcles ambos sistemas. |
Letras de canciones | Texto breve: entre comillas. Texto largo: en párrafo aparte, sin comillas y diferenciado tipográficamente si es posible. | La nueva canción de Leo sonó en la radio. «Voy pisando cristales que yo mismo dejé», decía el primer verso. | Ten en cuenta que las letras de canciones tienen derechos de autor, salvo que te las hayas inventado tú para la novela. |
Como decía, la ortotipografía musical es mucho más amplia, por supuesto. En este artículo he tratado solo algunos conceptos básicos que pueden resultar más interesantes para escritores de novelas. ¡Espero que os sirva!








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